Se trata de una pequeña de Talca que, afectada gravemente en uno de sus ojos, fue intervenida con éxito en el Hospital Regional
Una alteración en la superficie ocular que derivó en la perforación de una córnea, fue lo que hizo que la menor de diez años, llegara desde Talca con carácter urgente hasta el Hospital Regional del Libertador O’Higgins (HRLBO). “A su llegada, ella presentaba un compromiso importante en su visión, tenía una perforación corneal. Esto hacía inminente que fuera trasplantada, por lo que se transformó en prioridad número uno”, señaló el Dr. Diego Altamirano, oftalmólogo, especialista en córnea, del Hospital Regional de Rancagua.
“La niña no respondió bien al tratamiento recibido en Talca y en el transcurso del mismo su córnea se infectó, lo que terminó con una perforación profunda de la estructura ocular. El hospital de esa ciudad además no cuenta con especialistas que realicen esos trasplantes, lo que resultó en que la familia la trajese hasta acá para que pudiéramos ayudarla”, expresó Altamirano.
La complejidad del pronóstico de la menor de edad, sumada a la priorización de su caso, aceleró también la respuesta del propio banco nacional de ojos, y a dos semanas de conocida la historia de la pequeña talquina, informaba la disposición de córnea para avanzar hacia la cirugía. “Para nosotros como hospital de alta complejidad, la rápida respuesta recibida desde el banco nacional, fue muy alentadora. Avisaron que iban a derivar la córnea requerida, lo que representó la oportunidad de mejorar la calidad de vida de esta menor, en corto plazo también”, subrayó el profesional del Hospital Regional.
De esta forma, la pequeña ingresó a pabellón transcurrido un mes de espera, para someterse a trasplante de córnea, cirugía que conforme explicó el Dr. Altamirano, la mantuvo con anestesia general al derredor de una hora, agregando que “en general se utiliza anestesia regional o local, pero al tratarse de una niña de 10 años, fue más seguro intervenirla de esa forma. Estamos hablando de una cirugía compleja, que consiste en sacar el segmento dañado de su córnea y cambiarlo por uno nuevo, cualquier movimiento involuntario, puede cambiar el curso de la operación”.
Sobre el donante de córnea, Altamirano señaló que “como la córnea es canalizada por el banco nacional, es difícil saber quién fue el donante. Sin embargo, podemos afirmar que es una córnea joven, de un adulto menor de 25 años, lo que advierte la sobrevida del injerto, con mayor proyección en el largo tiempo.
De las complicaciones que pueden surgir tras la intervención, el especialista del HRLBO comentó que, “en general los postoperatorios de trasplantes de este tipo, se desarrollan con normalidad, solo un 30% de los trasplantados de córnea rechazan el injerto, lo que es un porcentaje muy bajo que puede ser evitado -en muchos casos- con un manejo oral adecuado. En la cuanto a la menor, sabemos que la reacción inmunológica es distinta a la de los adultos post cirugía, la respuesta del cuerpo es mucho más agresiva en los niños y en ese entendido es que se continúa un tratamiento post operatorio oral más estricto, para que la nueva córnea no se opaque o sea rechazada, lo que hasta ahora ha dado buenos resultados, ya que ha ido recobrando la visión desde el segundo día de ser operada”.
Altamirano ahondó también en torno al panorama actual de estas cirugías en el Hospital Regional, enfatizando que “la pandemia no restringió la continuidad de nuestro trabajo, como ocurrió en otras áreas de la salud, muy por el contrario, pudimos avanzar en las intervenciones, ir rebajando la lista de espera progresivamente, teniendo hoy a solo 40 pacientes en la expectativa de ingresar a pabellón”. Agregando al cierre que “nuestro equipo, con especialistas como los doctores Guillermo Muñoz y Rudolf Kobus, viene realizando estas cirugías desde hace años con éxito, lo que nos convoca avanzar en esa senda para beneficio de nuestros pacientes”.