Esperemos que la reciente proeza científica de dos oceanógrafos chilenos de la Universidad de Concepción : Osvaldo Ulloa Quijada y Rubén Escribano, y del explorador estadounidense Víctor Vescovo
Ellos se aventuraron en la primera exploración mundial hacia las profundidades del mar en la región de Atacama en el norte del territorio del país, no corra los riesgos de pasar casi inadvertida, porque por aquí … importa más lo superfluo que lo realmente trascendente.
Se ha dicho que los países que no invierten en la generación de conocimiento científico están condenados al atraso, al subdesarrollo y a la dependencia. Misma situación ocurre con la educación. En esas áreas estratégicas no se gasta, se invierte. Así lo han comprendido los países desarrollados, sus gobiernos que en el área científica aplican políticas de Estado y destinan en promedio el 4 % del PIB, Chile por largas décadas no supera el 0.4%.
Los mencionados valiosos ‘ aventureros ‘ chilenos descendieron en una cápsula hasta más de 8 mil metros de profundidad. Como ellos han expresado ‘ fue como ir a otro planeta ‘. Hasta aquí los seres humanos han vivido con la obsesión de saber de las estrellas, pero poco y nada de las profundidades submarinas y, menos aún de los misterios de los subterráneos océanos de fuego. En la fosa marina los científicos también hallaron estrellas…Lo que hicieron fue una hazaña, no diré ‘ del más alto vuelo ‘ porque fue hacia abajo, pero vale también así entenderlo. Y, luego de la proeza realizada, todavía en fase práctica inicial, habrá que incorporar nuevas expresiones a nuestro vocabulario activo, como ‘ gusanos poliquetos ‘ y ‘ holoturias ‘, y el nombre de otras especies encontradas en el fondo marino.
Como hemos dicho, ignoramos más de lo que sabemos. La noble obsesión por conocer nos hace descifrar enigmas y misterios geológicos y celestiales … Como Humanidad vivimos sobre la base de supuestos. El anhelo es que la buena inteligencia humana no tenga fronteras, no tenga límites, y que todo hallazgo sea para el bien de todos.
Todavía existen otros mundos … no plenamente explorados, por ejemplo, el propio universo mental humano, el mundo de la imaginación y la inmensa compleja fisiología cerebral y sus enigmáticos laberintos.