La obesidad infantil en verano es prevenible, la clave para el HRLBO está en la actitud que tenga frente a la alimentación y hábitos saludables, la propia familia
La propensión a incrementar el peso corporal en días de verano crece considerablemente, y es que el periodo estival y de vacaciones, para muchos son sinónimos de relajo en distintos ámbitos, uno de ellos la alimentación. En niños, el riesgo a adquirir sobrepeso en esta temporada, también se acrecienta gracias a factores como el sedentarismo, que saca a los menores de edad de la rutina escolar, que llevaban por 10 meses continuos, el aumento de tiempo de ocio y la pandemia. Esta última, alterando la movilidad de los mismos, junto con bajar la actividad deportiva en muchos casos. Así lo destaca la Dra. Camila García, pediatra del Hospital Regional del Libertador Bernardo O´Higgins (HRLBO).
“La familia y la forma en que proceden diariamente en torno a los hábitos, los horarios y tipos de alimentación, es fundamental para promover una vida saludable en los niños”, expresa García, quien agrega, “es imposible tener un niño delgado si la familia lleva una alimentación rica en grasas saturadas, azúcares, ingesta de bebidas de fantasía, masas, etc. Además de ser inútil el decirles y repetirles que coman sano o qué consecuencias tendrán en el futuro si se nutren mal, porque los menores de 10 años por ejemplo, no tienen capacidad de angustiarse ante una advertencia, por lo que resulta vital educar y reeducar a través de la conducta familiar o del comportamiento de quién esté a cargo del menor, en otras palabras orden y ejercicio”
Con lo anterior, la profesional del Servicio de Pediatría del Hospital Regional enfatiza, “en general la obesidad infantil ha ido creciendo todos los años y estudios de JUNAEB así lo evidencian. De acuerdo al mapa nutricional 2020 de JUNAEB, 200.000 niños padecían obesidad severa en el país, un 64% de los escolares en sus distintos niveles, conforme el estudio, tenían hasta entonces mal nutrición por exceso, tres de cada cinco niños de prekínder a quinto básico tenían obesidad total”.
Entonces ¿cómo hacemos frente en esta época al problema de la obesidad o sobrepeso en los menores de edad?
Para la profesional del hospital, tomar conciencia es primordial a nivel familiar y social, resaltando que una forma de hacer frente, es derribando algunos mitos. “Si un menor de seis años es obeso tiene la gran posibilidad, cercana al 8,0 % de serlo también en la adultez”.
Pero en ese contexto ¿El crecimiento puberal no sugiere lo contrario?
“No. El crecimiento o estirón puberal no significa que el niño -que era obeso- previo a la pubertad, se torne en delgado durante el proceso. Ocurre que el aumento de estatura implica también el aumento de peso corporal, son inherentes. A un niño le cuesta mucho no subir de peso si crece”, expresa la Dra. García.
¿Y cuáles serían los riesgos para el menor que presenta obesidad a mediano o largo plazo?
“Los riesgos a que se expone el menor con sobrepeso u obesidad son varios. Están los cardiovasculares que aparecen en etapa joven, entre los 40 y 50 años, alteración del metabolismo de las azúcares, seguido del de las grasas que derivan a un síndrome metabólico, que podrían dar paso incluso a accidentes como los infartos cerebrales o cardiacos. Complicaciones que disminuyen la calidad de vida de los afectados en el futuro próximo”.
“Además están los riesgos ya conocidos como hipertensión, diabetes y colesterol elevado. La obesidad acelera la edad ósea, alterando el crecimiento para compensar el sobrepeso, pero se estanca en un determinado momento, generando jóvenes de estatura promedio a baja, riesgos que, con buen manejo familiar y control, pueden evitarse para el bienestar”, finaliza García.