Tomates, ajíes, zapallos, pimentones, cebolla, zapallos de guarda, acelgas, sandías, melones y frutillas son algunas de las frutas y hortalizas que los trabajadores de la mina La Tilde están cosechando
Todo esto, gracias a una iniciativa del productor, Washington Sepúlveda, quien aprovechando y reciclando los recursos y materiales en desuso de la faena creo este espacio verde en medio del cerro de Chancón.
El seremi de Minería, Claudio Gutiérrez, valoró esta iniciativa porque “es una excelente oportunidad para reciclar y reutilizar los recursos de la misma faena, fomentando en cuidado del medio ambiente y mostrando una faceta distinta de la actividad minera, de cuidado al medio ambiente”.
Claudio Gutiérrez destacó además los beneficios que brinda a los trabajadores de la mina La Tilde, ya que este espacio genera una oportunidad para compartir en un escenario distinto, propiciando el trabajo en equipo”.
La autoridad agregó que esta innovadora iniciativa se relaciona con el anteproyecto de la Política Nacional Minera que aspira a que la industria, a pequeña y gran escala, sea líder mundial en producción, pero de una forma responsable y sustentable. Por otro lado, también se está trabajando en una buena gestión de los recursos y el medioambiente, reutilizando materiales propios de la actividad minera.
Washington Sepúlveda explicó que “con esta pequeña huerta para nuestro consumo se trató de aprovechar todos los excedentes que arroja la minería como, por ejemplo, neumáticos, gracias a nuestro proveedor Luis Toro y los pallets en los que nos llegan las máquinas”.
Agregó que “la misma tierra que fue reciclada de un tranque y regamos recuperando el agua de la mina. Gracias a esto ya contamos con vegetales con producción que nos han dado bastantes beneficios. Ha sido un gusto cosechar nuestros propios vegetales”.
Respecto de cómo surge la idea de crear este espacio que además de brindar frutas u hortalizas, les brinda momentos de relajo y esparcimiento, el productor de oro comentó que “la idea de hacer esta huerta nace básicamente porque contamos con algunos tiempos muertos durante la jornada en la faena, entonces, en vez de estar haciendo cualquier cosa o descansando, se nos ocurrió sembrar y así disfrutar de lo que cosecháramos”.
En cuanto al tiempo invertido diariamente para el cuidado de la huerta, Sepúlveda precisó que “nos demoramos quince minutos, aproximadamente, que los aprovechamos en desmalezar y así todos nos entretenemos. Cuando cosechemos también todos lo vamos a disfrutar”.
Finalmente, el minero de Chancón invitó a sus pares a imitar esta iniciativa, porque además les permite a los trabajadores hacer una pausa durante la jornada: “con poquito tiempo se puede hacer de todo, minería y agricultura”, concluyó.