“Es sacrificado, pero es lo único que sabemos. Yo no tengo estudios, a lo que me crié y ahí vamos quedando después”. Otilia Torres, pequeña criancera caprina en Freirina, describe así su trabajo con las cabras, con las que produce quesos para vivir, y da testimonio también de la imagen propia que muchas y muchos pequeños agricultores y ganaderos tienen desde la pobreza rural
El relato de esta mujer de Atacama, y las imágenes de su hogar y sus animales en medio del desierto, emocionaron y dieron cuenta además de la experiencia en terreno que busca acortar las brechas de oportunidades en el campo, en el marco del seminario “Mejoramiento de las condiciones de vida en el mundo rural: experiencias regionales y la propuesta del programa PRODESAL en Chile”, realizado este jueves por INDAP del Ministerio de Agricultura y FAO de las Naciones Unidas.
La actividad se trató de un intercambio de iniciativas públicas y ejemplos en el territorio en Chile y América Latina enfocadas en el desarrollo integral de los más vulnerables del campo, considerando sus necesidades múltiples, más allá de las relacionadas con el fomento productivo.
Los avances en la modernización del programa PRODESAL, que atiende a los más vulnerables de la pequeña agricultura, y su nuevo Eje de Calidad de Vida, expuesto por la jefa de Fomento de INDAP, Francisca Silva, fue parte del panel que abrió este encuentro que también incluyó a Luiz Beduschi, encargado de Desarrollo Territorial de la Oficina de FAO para América Latina y el Caribe, y al experto peruano Rodrigo Salcedo, que relató los alcances en ese país del programa Haku Wiñay.
El director nacional de INDAP, Carlos Recondo, saludó a los asistentes y enfatizó la necesidad de avanzar de manera coordinada entre los servicios públicos para acortar esas brechas. Esto a partir de la experiencia de INDAP y el PRODESAL, que motivaron la promoción del Eje de Calidad de Vida al constatar que no es suficiente la asistencia técnica cuando faltan caminos, transportes, señal de internet o instituciones educativas, lo que configura la llamada “pobreza multidimensional”.
“Muchas veces los programas productivos de fomento tienen dificultad para abordar aquellos elementos más sociales. Si somos capaces de coordinar de buena manera la oferta social en salud, conectividad, mejoramiento de vivienda, educación, los distintos aportes que el Estado puede hacer llegar, estaremos avanzando en que esos habitantes puedan mejorar su condición de vida”, apuntó.
Eve Crowley, representante en Chile de FAO, en tanto, en su mensaje destacó que en América Latina “la pobreza multidimensional y las brechas urbano rurales siguen siendo inaceptablemente altas”, comentó que en Chile esta pobreza “en zonas rurales duplica a las zonas urbanas” y felicitó la decisión de avanzar en ese sentido a partir de la Política Nacional de Desarrollo Rural.
TESTIMONIOS DESDE EL TERRITORIO: FREIRINA Y LAGO RANCO
Un segundo segmento se adentró en las acciones que realizan extensionistas, asesoras y asesores técnicos, con estos productores vulnerables y de zonas apartadas, y contó con la participación de Carmen Castillo, coordinadora del equipo técnico de Freirina (Atacama); Claudia Soriano, Encargada del Departamento de Desarrollo Económico Local de la Municipalidad de Lago Ranco (Los Ríos), y Amelia Muñoz, apicultora de San Esteban y coordinadora nacional de los consejos asesores regionales CAR de INDAP.
La bajada en este conversatorio de cierre fue justamente el testimonio de la productora y usuaria del PRODESAL, Otilia Torres, en que dio cuenta de sus carencias, pero también demostró que lleva consigo la sabiduría de sus padres y abuelos, característica de la agricultura familiar campesina.
La también agricultora y dirigenta campesina, Amelia Muñoz, con voz quebrada, dijo sentirse reflejada en Otilia y orgullosa de representarla. La también presidenta del Consejo Asesor Regional de INDAP Valparaíso pidió inyectar todos los recursos posibles para reducir la pobreza rural y llamó a los pequeños agricultores a que “se sientan orgullosos de lo que tienen”.
La coordinadora del equipo técnico de Freirina, Carmen Castillo, quien junto a su equipo trabaja con Otilia Torres y decenas de productores especialmente crianceras y crianceros caprinos tradicionales, dio cuenta del rol articulador que pueden cumplir este tipo de funcionarios que recorren los campos, a propósito de esta apuesta por formalizar la coordinación dentro de los municipios y otros servicios. “Muchas veces somos las únicas personas que ven en semanas, con la que comparten una tacita de té, con los que conversamos, les compramos remedios, les cargamos teléfonos, somos contacto, pagamos cuentas, tenemos un sinfín de responsabilidades con ellos, por eso a este PRODESAL le hace mucho sentido este eje social”, indicó.
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