A pesar de las restricciones de visitas para evitar contagios, el Servicio UPC Neonatología del Hospital Regional intenta mantener el contacto entre padres y el recién nacido prematuro, todo con el fin de mejorar su desarrollo
Dar a luz en pandemia es complejo. Pero dar a luz a un bebé prematuro en la emergencia sanitaria del COVID-19, es aún más complicado. La restricciones de visitas y contacto físico hacen que se dificulte uno de los principales objetivos de la recuperación: el apego entre padres y recién nacido. Para ello, el Hospital Regional Libertador Bernardo O´Higgins (HRLBO) trabaja para facilitar el contacto y así lograr el tan necesario acercamiento familiar.
De acuerdo a la jefa (s) del Servicio UPC Neonatología, Dra. Silvia Núñez, los recién nacidos prematuros son “todos los niños que nacen con menos de 37 semanas de edad gestacional, lo ideal es entre 38 y 40 semanas de gestación. Los que nacen de 37 a 32 son prematuros. De 32 a 24 (el mínimo gestacional) son los prematuros extremos”.
Estos recién nacidos no completan su ciclo intrauterino, por lo que desarrollan diversos problemas respiratorios, cerebrales, alimenticios, de desarrollo, entre otros. Es por ello que el HRLBO, como centro de referencia regional, recibe a los bebés prematuros en las 42 camas neonatales de la UPC Neonatológica (UCIN y UTIN), para brindarles la atención médica necesaria y así facilitar su desarrollo.
“El recién nacido prematuro tiene características muy especiales, nació antes de tiempo así que una parte de su desarrollo lo pasa fuera del útero. Por ello es muy importante el contacto con la mamá durante los primeros días, y así iniciar el apego de forma precoz. Cuando el niño está con la mamá, cuando la escucha, la siente, se ve una mejoría considerable”, afirmó la supervisora de Neonatología, Valeska Orellana.
Durante la pandemia se han debido restringir algunos beneficios con el fin de evitar contagios. “Se han suspendido visitas, lo que ha sido muy difícil para los padres ya que están muy ansiosos de verlos. Se instaló un sistema de videollamadas y llamadas a los padres. De igual forma, en todo momento hubo excepciones para los pacientes crónicos”, aseguró la pediatra neonatóloga, Dra. Silvia Núñez.
Una de las formas de generar apego es la técnica “canguro”, que consiste en colocar al recién nacido en el pecho de la mamá o el papá. Lamentablemente, con la pandemia esto no se ha podido realizar por el control de las personas que vienen de afuera, sí se puede efectuar con las mamás que están hospitalizadas y tienen PCR negativa.
El lactario también se tuvo que suspender, ya que al ser un espacio cerrado es un foco de posibles contagios. Sin embargo, la nutricionista y otras profesionales están educando a las mamás para que puedan seguir llevando la leche materna, que es indispensable en el recién nacido prematuro, porque es la mejor leche tolerada.
“La prematuridad es un problema serio. Es un largo camino e involucra a toda la familia. Los resultados serán siempre mejores si los controles prenatales se hacen a tiempo y el grupo familiar se mantiene unido, favoreciendo el apego. También es muy importante seguir la vigilancia con las consultas ambulatorias posteriores. Lo mejor, siempre, es prevenir”, concluyó la neonatóloga del HRLBO, Dra. Silvia Núñez.