El Dr. Federico Navarro, del Instituto de Ciencias de la Educación, fue parte del primer Congreso Caribeño de Investigación Educativa, un nuevo espacio internacional de convergencia de saberes entre docentes e investigadores especialistas en la pedagogía y/o en ciencias aplicadas a la educación
“Quería desarmar este título. No sé qué les pasó a ustedes cuando lo leyeron. ¿Qué esconde ese título que parece tan ordenado y prolijo?”, manifestó a su audiencia el académico del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de O’Higgins, Dr. Federico Navarro, al iniciar la Conferencia Magistral en el primer Congreso Caribeño de Investigación Educativa, cuya sede es República Dominicana, pero que por la pandemia se celebró en modalidad online.
Se refería a “Escritura académica en la formación de profesionales de la educación”, el título de su conferencia. Que en una lectura acabada, parecía más complejo que a primera vista. De ahí que decidiera, de manera inesperada, diseccionar su significado, sentando las bases de una exposición que llevaría –pausadamente- a contenidos más complejos.
“Escritura es una palabra que engloba de forma ambigua varias cosas. Por un lado, un producto: el escrito, el texto. Por otro lado, el proceso de escribir. Y también una competencia o habilidad. Todo eso está englobado en la palabra escritura. ¿Y a qué nos referimos con la palabra escritura? Nos referimos a las tres cosas. A veces a una, a veces a otra y a veces necesitamos distinguir una de otras”, explicó el investigador, señalando aquella como la primera problemática.
Y prosiguió. “En segundo lugar hablamos de ‘en la formación’. Esa frase es una metáfora espacial, pero que encierra una tremenda ambigüedad. La ambigüedad de quién escribe. Porque un profesional de la educación es alguien que enseña escritura, pero al mismo tiempo esa persona es alguien que escribe, que necesita escribir para completar su propia formación. Se trata en el fondo de una distinción entre escritores académicos y futuros profesores que van a enseñar escritura académica”, puntualizó.
Pero también aclara que esa ambigüedad esconde otra. “Un profesor que enseña lectura y escritura o que acompaña la lectura o escritura de su área, ¿debe ser un buen escritor, o da lo mismo? ¿Da lo mismo ser buen escritor mientras sepa cómo enseñar escritura? Y a la inversa, ¿es suficiente ser un buen escritor y un buen lector de un área específica para ayudar y enseñar a leer y escribir a las y los estudiantes?”, se preguntó el académico.
Y al mismo tiempo responde, señalando que esas preguntas no se suelen discutir: “Mi posición es que los profesores y profesoras deben ser buenos escritores, que usan la escritura para aprender y para comunicar, pero también deben saber enseñar lectura y escritura, no sólo en el área del lenguaje, sino a través del currículo de las distintas áreas”.
Y en su proceso deconstructivo, va más allá. “¿A qué no referimos con escritura académica? ¿Qué significa académica? ¿Es un rasgo de la propia escritura? ¿La escritura tiene ciertas características que la hacen académica? ¿O es una especificidad del ámbito, del espacio donde circula esa escritura? ¿O ambas cosas? Y suponiendo que tenga que ver con el ámbito, ¿cuál sería ese ámbito? ¿Sería la universidad y la educación superior o hay escritura académica en niveles escolares medios e iniciales?”, se plantea Navarro.
Al mismo tiempo, aclara que estas preguntas no tienen una respuesta única. Pero su visión es que la escritura académica es una clase de escritura propia de los entornos escolares, en general, con rasgos y propósitos comunes a los diferentes niveles educativos, pero también con algunas diferencias. “Es decir, la escritura académica no se restringe a la universidad. Atraviesa todos los niveles educativos donde se escribe”, concluye.
Federico Navarro, quien es Doctor en Lingüística y además Presidente de la Asociación Latinoamericana de Estudios de la Escritura en Educación Superior y Contextos Profesionales, prosiguió su conferencia presentando cinco situaciones de aula, en niveles de escolaridad básica, media y universitaria. También analizó el rol que juega la lectura y la escritura y propuso acciones docentes vinculadas a la innovación educativa.
En ese ámbito, de manera didáctica, expuso producciones escritas de estudiantes de varios niveles e instituciones. Una de ellas, la de un niño de segundo básico, quien pese a su corta edad re-imaginó a Caperucita Roja, donde esta vez el lobo es nada menos que el coronavirus.
El Dr. Federico Navarro agradece la oportunidad y cree que este evento internacional inicia una tradición. “Al ver los conferencistas que participaron, me gustó encontrar muchos países, temas y perspectivas distintas, además de muchos trabajos individuales”, explica.
“Personalmente me gusta interactuar con públicos diversos y que no conozco. En este caso, hubo profesionales de la educación en formación y en ejercicio, además de investigadores en temas educativos. Hay que recordar que la educación es un campo interdisciplinario, así que enfrente puede haber una bióloga, un profesor de educación básica, un economista, una politóloga, un matemático o un lingüista”, agrega el académico.
Señala que lo antes dicho implica el desafío de no dar nada por supuesto, de estar atento a las preguntas y a las caras durante la presentación, de dar referencias y recursos para quienes necesiten tirar de ciertos hilos al explorar un tema y también de encontrar situaciones educativas que tengan sentido para la mayoría.
“En este caso, además, pasó algo curioso: los organizadores me sugirieron el título de mi propia conferencia, que yo acepté; entonces, al comienzo de mi conferencia, decidí ‘deconstruir’ y ver qué problemas presentaba”, señala al explicar el inicio de su conferencia.
Sobre su participación en el Congreso y cómo llegó ahí, solo indica que “me llegó una invitación, así de simple. No conozco a los organizadores, pero –al parecer- ellos sí me conocen, en particular una docente que trabaja en temas de escritura”, explica. Pero el Académico e Investigador, además de sus múltiples escritos y proyectos educativos, ya había sido mencionado en una columna del The New York Times, donde se destaca su trabajo en la Universidad de O’Higgins en tiempos de Pandemia.
Puedes ver la conferencia completa acá: https://www.youtube.com/watch?v=16IF3-Mw9s8&feature=youtu.be