Apruebo para que exigir un cambio que modifique la desigualdad en la que estamos tristemente sumidos (en zona de descenso)
Apruebo para que haya nuevos nombres e ideas, capaces de desenmascarar a quienes tienen al equipo entre los más malos de torneo.
Voy por un apruebo que insista en devolver a los hinchas virtuales las sonrisas que ha perdido en este año, verdaderamente, de mierda.
Apruebo para conseguir la construcción de un paradigma distinto, más solidario y sensato, que elimine los antecedentes nefastos y permanentes, que muchas veces se diluyen en los que ostentan el poder y no tienen conexión con la gente.
Apruebo para que las cabezas gobernantes piensen en los desvalidos socios del club, que incluso pagaron su cuota y no alcanzaron ni a ver un tercio del torneo.
Iré por el apruebo para que no sigan los mismos y para que no escuchemos siempre las mismas «chantas» excusas que son obstáculo para avanzar hacia el progreso.
Apruebo porque creo en las convicciones e ideales, aunque los cambios siempre traen oposición y disgusto entre los más acomodados. Repartir las ganancias es un deber y no una opción.
Esta semana apruebo, porque al menos se consigue un miserable empate como local, con gusto a nada pero peor es «mascar laucha».
Apruebo porque es justo el resultado. No saldré con bandera a la calle pero apruebo porque Chile y el pueblo «Celeste» se lo merece.
Con Curicó, los rancagüinos caminaron hacia el apruebo aún cuando faltó valentía y capacidad para llevarse el triunfo.