Diariamente se lavan en promedio 2 mil 300 kgs. de ropa para asegurar que todos los servicios del hospital reciban sus telas limpias, y así entregar una atención de calidad a todos los pacientes
El trabajo de lavandería es esencial para el buen funcionamiento de un centro de salud. Los encargados de mantener los textiles limpios, marcados y en sus respectivos lugares, realizan una sigilosa tarea que no descansa nunca, ya que el hospital no se detiene. Así es el rol de la Unidad de Lavandería y Ropería del Hospital Regional Libertador Bernardo O´Higgins (HRLBO).
El servicio trabaja dividido en dos partes físicas: el área sucia y el área limpia. En el área sucia llega la ropa de los distintos servicios, la que se califica en niveles alto, medio y bajo, de acuerdo a su estado, y se lava en una de las cuatro máquinas industriales. Colindante está el área limpia, donde se saca la carga, pasa a la secadora y se dobla para llevarla a su respectiva unidad de hospitalización. Al día, los 34 trabajadores lavan y trasladan aproximadamente 2 mil 300 kgs.
“Con la pandemia ha aumentado considerablemente la cantidad de ropa de alta suciedad, es decir la de infectados y con manchas. Estos procesos son más largos, pero a pesar de ello hemos podido seguir un día adelantado”, indicó la jefa de la Unidad de Lavandería y Ropería del HRLBO, Lorena Castro.
Tal como ocurre todos los años, en invierno se eleva el número de unidades por el uso de frazadas. Pero en este año 2020 se sumó la emergencia sanitaria del coronavirus COVID-19, que aumentó considerablemente la carga laboral.