Según datos entregados por el INIA más de un 80% de los agricultores de la Provincia de Cardenal Caro reconoce haber sufrido algún ataque a su ganado por parte de animales salvajes.
Resolver una grave problemática que estaba afectando hace varios años a pequeños agricultores del secano costero de la Región de O’Higgins, fue la principal motivación del el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) para levantar un proyecto que permitiese disminuir el ataque efectuado por animales salvajes al ganado ovino.
La iniciativa “Guardianes de Ovinos”, financiada por el Gobierno Regional a través de los Fondos de Innovación y Competitividad (FIC-R), busca terminar con la depredación y recuperar con ello uno de los principales sustentos familiares que poseen los pequeños agricultores del secano costero como lo es la venta de carne ovina.
El rubro ovino tiene una incidencia relevante en el desarrollo económico regional y por ello nació la necesidad de dar solución a un hecho complejo que según un estudio del INIA efectuado a cien productores de ovinos pertenecientes a distintas comunas del secano costero el año 2011, arrojó que un 88% de los encuestados sufrió algún ataque de perros a su rebaño. El hecho más grave es que la mayoría de los ovinos resultaron muertos, lo que ha perjudicado ostensiblemente a estos pequeños agricultores en términos económicos.
De hecho este mismo estudio mostró que de un total de 24 casos de ataques a ganado ovino, las pérdidas llegaron a casi a los 50 millones de pesos en animales muertos y en curaciones a heridos a 1 millón y medio aproximadamente.
A raíz de la problemática, el Centro de Investigación Agropecuaria, INIA Rayentué, bajo la coordinación del investigador Nilo Covacevich, está ejecutando un proyecto que pretende evitar la depredación de estos animales. Se trata de una iniciativa que cuenta con la participación de perros raza “Mastín de los Pirineos”, burros y llamos. Para ello, se contempló la implementación de varias unidades demostrativas, que se han distribuido en predios considerando las diversas tipologías de productores (pequeños, medianos y grandes).
Ya han aparecido los primeros resultados de la evaluación de estas tres especies. Según indicó Nilo Covacevich, los perros guardianes deben tener desarrollado un sentimiento de solidaridad para con las ovejas y la voluntad de defender el grupo. Esta condición, conocida como impronta, se logra con entrenamiento desde el nacimiento de los perros. Es por ello que los canes nacen y se crían con las ovejas desde un principio.
En cuanto a los burros, Covacevich señaló que estos tienen un fuerte instinto de proteger al rebaño, viven más en comparación a los perros y se alimentan de forraje, al contrario de los canes que deben ser alimentados, aumentando los costos de producción del ganado. De hecho, un burro puede proteger a un rebaño de 200 animales, indicó el profesional.
Por su parte los llamos, han demostrado ser excelentes guardianes contra el ataque de depredadores. Este animal, al ser mantenido en un rebaño de ovejas se convierte en el conductor del grupo y los protege contra la incursión de animales extraños. Al igual que el burro, también se alimenta de forraje y tiene la particularidad de recorrer todo el perímetro en el que se encuentra el ganado.
Tanto los llamos como los burros pueden parecer inofensivos, indica el profesional, pero no tienen muy buen genio y tienden a dar patadas a los perros que merodean los rebaños.
Cuidado durante los 365 días del año
En la comuna de La Estrella, una burra acapara todas las miradas al guiar, cuidar y vigilar muy de cerca a cada uno de los integrantes del rebaño las 24 horas del día. Llega a ser tan fundamental la labor que realiza, que incluso en ocasiones transporta a las crías rezagadas hasta el establo donde descansan por la noche.
Para una de las beneficiarias, Victoria Pino, el proyecto ha cambiado radicalmente su vida y la de su familia. “Nosotros teníamos perdidas que variaban entre un 30% a 50% dependiendo del año y desde que llegó la burra no hemos tenido ninguna”, acotó. Caso similar es el de Sergio Ponce en la comuna de Navidad, quien posee una perra, la cual tiene la capacidad de resguardar un rebaño mucho más numeroso en comparación a un burro o llama, y también la posibilidad de abarcar terrenos de mayor superficie.
En total han sido treinta y ocho los animales guardianes que se han distribuido exclusivamente en comunas del secano costero como La Estrella, Litueche, Marchigüe, Peralillo, Pichilemú, Pumanque, Lolol, Paredones, Chépica y Navidad. De este número, 14 corresponden a llamos, 12 a perros y la misma cantidad a burros.
Según las primeras conclusiones, se establece que para un mediano agricultor la especie idónea para el cuidado de sus ovinos es el perro, debido a la amplitud de superficie que pueda abarcar. Para pequeños agricultores se ha señalado hasta el momento que los animales que mejor se amoldan a sus necesidades son los burros y llamos, ya que su mantención es más barata producto que se alimentan, al igual que sus rebaños, solo de pasto o fardos
RECUADRO
Requisitos para ser guardián
Raza pura: Sea Mastín de los Pirineos u otro perro grande, desde el INIA recomiendan utilizar siempre razas puras, ya que responden mejor que los mestizos.
Impronta: Se le denomina a la acción de dejar al perro desde muy pequeño con el rebaño, idealmente antes que cumpla los cuatro meses, con el objetivo que perciba que su familia son las ovejas.
Forma de tratamiento: Para que el perro cumpla su función de guardián, no debe ser tratado como una mascota común y corriente, es decir no puede ser acariciado o sacado de su función de cuidado del rebaño.
Alimentación: Al tener un enorme desgaste diario, los perros necesitan de una buena dosis de alimento, lo que puede aumentar los costos de mantención.
Carga: Un animal puede cuidar hasta 200 ovejas. Sin embargo, el número definitivo dependerá del vínculo que establezca con el rebaño, su estado físico y edad.