Dirigentes de Fedefruta y autoridades de Corfo, el Ministerio de Agricultura, INIA, alcaldes y diputados vieron los avances de la exportadora certificada en Comercio Justo y formada por pequeños agricultores, MiFruta
Alrededor de 60 productores a nivel nacional tienen plantadas 375 hectáreas comerciales de la uva Maylen, variedad negra y de nicho antes conocida como INIAgrape-one, la primera creada ciento por ciento en Chile por el INIA, con el apoyo de Biofrutales. El crecimiento de esta variedad chilena, insigne dentro de la nueva genética local de frutales, se puede ver en las 400 mil cajas exportadas la temporada pasada y las expectativas de llegar al millón en la presente campaña, con envíos a mercados tan exigentes como China, Estados Unidos, Corea e incluso Gran Bretaña, entre otros.
Sin embargo, una empresa que ha destacado en la producción y exportación de esta variedad en las últimas temporadas es MiFruta, proyecto apoyado con programas de Corfo y articulado por Fedefruta en la Región de Valparaíso, que reúne a pequeños productores de Los Andes y San Felipe, para ser certificados en Comercio Justo, darles acceso a la reconversión por medio de esta nueva genética, y acercarlos a los mercados donde este tipo de productos es cotizado.
Por eso fue que en el peak de la cosecha y proceso de packing de la uva de mesa Maylen en San Esteban, provincia de Los Andes, el consorcio biotecnológico Biofrutales organizó un Día de Campo para conocer los avances en la producción y comercialización de este producto por parte de MiFruta, proyecto asociativo insigne de Corfo y Fedefruta en la zona tildado como «ejemplo de modelo de desarrollo» por las autoridades presentes en la actividad.
«Lo que estamos viendo acá es un hito fundacional de lo que para nosotros es una mirada de cómo tiene que desarrollarse no solo el emprendimiento, sino los sectores productivos en Chile», comentó el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Sebastián Sichel. «Tenemos uva pensada en Chile, tenemos a pequeños agricultores asociados, que son de clase mundial en la forma que están produciendo hoy en día, colaboración público privada, y sobre todo procesos de transferencia tecnología que nos ponen a la vanguardia».
Tecnología, Comercio Justo y Mercados
El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, asistió al día de campo junto con autoridades como el Ministro de Agricultura Antonio Walker, el director nacional de INIA Pedro Bustos, los directores regionales de Corfo y el Seremi de Agricultura en Valparaíso, Juan Fernando Acuña y Humberto Lepe, la diputada Camila Flores, el alcalde de Santa María Claudio Zurita y los gerentes de Biofrutales y ANA Chile, Rodrigo Cruzat y Luis Fernández.
«Como operadores de Corfo en la región, hemos trabajado por casi diez años con los pequeños productores de MiFruta, dándoles herramientas para la asociatividad, para acceder a nueva genética y ser competitivos en los mercados», señalo el dirigente frutícola. «Hoy al ver sus huertos de uva Maylen, 100% desarrollada en Chile por el INIA y Biofrutales, y sus procesos en packing, nos alegra mucho corroborar que este es el camino, el de poder trabajar nuevas variedades, el de asociarse para fortalecer la posición de los pequeños productores en el mundo global».
Jorge Valenzuela, además, destacó que MiFruta esté certificado en Comercio Justo, lo que le da una diferenciación importante a estos fruticultores en el retail. «Como pequeños agricultores, cuando nos formamos lo hicimos para apuntar hacia el Comercio Justo», afirmó por su parte Leonardo Valenzuela, fruticultor que con MiFruta ha exportado uva variedad Maylen a China, Corea y Estados Unidos solo en esta temporada, en la cual han alcanzado precios similares a otras uvas negras como la Autumn Royal. Ahora, gracias a esta certificación «nos están llamando de Japón, seguimos trabajando fuerte con Alemania e Italia, y con Inglaterra reactivándose después del Brexit. El Comercio Justo nos otorga un sello, una facilidad de acceso y nos diferencia de nuestros pares».
Proyecto insigne de Corfo y Fedefruta en Aconcagua
Fedefruta, como gremio y con su área de competitividad, apoya a grupos de pequeños empresarios como MiFruta, «que en un mundo globalizado todos piensan que van a desaparecer, pero cuando ingresan a nuestras redes de colaboración son capaces de acceder a fuentes de ingreso, a variedades nuevas, a trabajar con aliados estratégicos como Biofrutales, y adentrarse en la comercialización», detalla el timonel del gremio.
«Para nosotros como productores pequeños es muy importante la alianza público privada con Fedefruta, pues nos ayuda a articular con Corfo a través del Ministerio», agregó Leonardo Valenzuela de MiFruta. «Así podemos decir cuáles son nuestras necesidades, y el equipo de Fedefruta nos indica cómo puede ayudarnos, lo que para nosotros es muy importante. De no ser por Fedefruta, no habríamos podido optar en ningún momento a un PROFO para consolidar la asociatividad y después optar a la genética con la cual ya estamos trabajando».
Para el vicepresidente ejecutivo de Corfo, el trabajo con Fedefruta y todos los actores en la Región de Valparaíso es «híper relevante». «Sin los gremios, sin las universidades, sin los pequeños productores esto no sería posible, por lo que el rol que juega Fedefruta en articular y apoyar sistemáticamente a sus asociados, es fundamental. No hay actores que sobren en una sociedad que necesita desarrollarse, y eso es lo que queremos, modelos como éste».
Características de la uva Maylen
La INIAgrape-one / Maylen es una variedad de media estación a tardía (una semana después de la Black Seedless y Midnight Beauty, y tres a cuatro semanas antes que Autumn Royal), con racimos cónicos de 690 gramos de peso aproximadamente, y un calibre promedio de 20 a 22 milímetros que, de acuerdo a Biofrutales, podría llegar a una producción de 3.500 cajas de 8,2 kilos. También, destaca por su fácil manejo productivo, color, sabor y bajo desgrane, y excelente condición de postcosecha (hasta 90 días en frigorífico) para soportar los viajes, por lo que se transforma en una alternativa precisa para los productores chilenos de uva de mesa que requieren de recambio.
El Ministro de Agricultura Antonio Walker precisó que se trata de «la primera variedad comercial y más exitosa, pero si seguimos fortaleciendo esta alianza, vendrán muchas más variedades. Chile está al debe frente al mundo con respecto a la creación de sus propios programas genéticos, pero aquí tenemos un resultado con una variedad que comercialmente está siendo muy exitosa. Y lo que más nos gusta es que esto llega al pequeño agricultor».
Por último, el presidente de Fedefruta destacó que actualmente hoy en día se vive un nuevo boom frutícola en Chile, sustentado por la nueva genética. «En la uva de mesa, por ejemplo, pasamos de contar con cinco variedades para la producción hace unos años, a 37 disponibles solo en Chile, lo que no quita que debamos desarrollar una sintonía fina sobre muchos factores», advirtió, «desde lo climático hasta el manejo agronómico, de nutrientes y fitosanitario, la agricultura de precisión, junto con muchas otras lecciones que vamos asimilando temporada tras temporada, por lo que es importante destacar la disciplina con la que los pequeños productores de MiFruta han trabajado con esta variedad chilena».